Historia

En la primavera de 1944, Mother Lucy Dooley escogió a tres de sus hermanas del monasterio Mount Saint Scholastica para plantar las semillas del benedictinismo en la Ciudad de México. Era un reto particular para las tres hermanas, pues se les dijo que los hábitos religiosos no podrían ser usados en México. La persecución a la Iglesia era muy reciente. Las Sisters Mildred Knoebber, Chelidonia Ronnebaum, and Anthony Payne fueron enviadas para un periodo de tres años. Ellas llegaron el 4 de mayo  de 1944.

Comenzaron su misión en la Ciudad de México en el Colegio Tepeyac, un colegio mixto, bilingüe y bicultural, dirigido por los monjes de Saint Benedict’s Abbey, Atchison, Kansas. El padre Cuthbert McDonald era el abad en ese tiempo. Los monjes regresaron a su monasterio en diciembre de 1946 y en su lugar vinieron los benedictinos de l monasterio de Saint John, Collegeville, Minnesota en 1947. Las Sisters optaron por construir su propia escuela para chicas, algo novedoso en la época en que la educación en México no era igualitaria.    


De 1945 a 1950, Mother Lucy Dooley fue enviando algunas hermanas más para sumarse a la comunidad, elevando el número a trece.

La siguiente es la lista de las hermanas de acuerdo al orden de su llegada a México: Mother Mildred Knoebber, Sister Chelidonia Ronnebaum, Sister Alonsa Sandoval, Sister Vianney Kaiser, Sister Esther Domínguez, Sister Anne Bahner, Sister Victorine Knoebber, Sister Antoinette Markiewicz, Sister Simone Watson, Sister Mary Carmen Marshall, Sister Mechtild Swearingen, Sister Althea Armstrong, Sister Sharon Holthaus. Sister Anthony Payne regresó a Mount Saint Scholastica en 1948, debido a su frágil salud.



En junio de 1950, el pequeño grupo de las trece hermanas pidió su autonomía, que le fue concedida por la Santa Sede y la Federación de Santa Escolástica. El 16 de julio de 1950 fue erigido el nuevo priorato, el convento de San Benito. Mother Mildred fue elegida como primera priora, y sirvió diligentemente a la comunidad en este cargo durante dieciocho años. Mother Mechtild Swearingen fue la segunda priora elegida por la comunidad y sirvió por dos periodos. Luego Sister Patricia Henry Ford fue elegida también por dos periodos. La sucedió Sister Josephine Markiewicz, la cuarta priora. Sister Josephine llegó a México en 1955.

Como signo de un retorno a nuestra heredad monástica adoptamos el título de monasterio en 1986.

La casa que constituye el monasterio fue comprada en el otoño de 1948. Otros dos edificios a los lados del monasterio fueron adquiridos para ser utilizados como noviciado, escolasticado y hospedería. Actualmente uno acoge al Colegio Benedictino y el otro fue vendido en 1974.  En 1992, una parte de nuestra comunidad inició la fundación del Monasterio Pan de vida en Torreón.

La comunidad invirtió todas sus fuerzas en crear una fundación monástica, enfatizando un estilo de vida monástica de liturgia y vida comunitaria propios de la vida cenobítica benedictina. El Oficio Divino  se recitó diariamente en el coro, y los ministerios de la comunidad fueron un reflejo del espíritu de la Federación Santa Escolástica, sirviendo a la Iglesia de acuerdo a las exigencias de la época.

Entre los muchos desafíos que encontraron las hermanas al inicio, a parte de la adaptación a una cultura diferente, la mayoría de ellas no hablaba español cuando llegaron. Por ejemplo, Sister Antoinette tenía apenas dos meses en México cuando tuvo que dar clases en segundo grado de primaria, de la una a las cuatro de la tarde, tenía sesenta niños en el aula, ninguno de ellos bilingüe, excepto una chiquilla que fue la salvación de Sister Antoinette, pues era la que respondía en español a la pregunta “¿Qué dice la Sister?” Al cabo del año los chiquillos de su aula entendían bastante inglés.

El carisma de la comunidad fue principalmente la educación. La comunidad dirigió escuelas en Poza Rica y en Xalapa, Veracruz, en Ocotlán, Jalisco. En la Ciudad de México la comunidad dirigió también el Colegio Junípero, una escuela parroquial para estudiantes de habla inglesa. La razón por la que aceptamos todos esos desafíos era de ofrecer educación cristiana en donde las huellas de la persecución de la Iglesia aún eran visibles.

¿Quiénes somos hoy?


Recientemente hemos oído decir a un conocido abad benedictino que "no se puede pensar la vida monástica en México sin el monasterio de San Benito de calle Río Bamba". Por ello, a pesar de que nuestra comunidad es pequeña y frágil, tenemos muy grandes esperanzas. Con el apoyo del Monasterio de benedictinas de nuestra Señora del Tepeyac en Coyoacán, de la abadía de Cristo en el Desierto y del Monasterio de nuestra Señora de los Ángeles de Cuernavaca, queremos comenzar un proceso de renovación para fortalecer nuestras raíces monásticas y poder mantener vivo el espíritu benedictino que hemos transmitido a nuestras amigas y amigos a lo largo de todos estos años. Queremos servir a Dios y a la Iglesia en la oración, el trabajo manual y la educación. Para ello queremos contar con el apoyo de oración de todos nuestros amigos y amigas. Y también con la entrega generosa de nuevas jóvenes dispuestas a entregar su vida como nosotras lo hemos hecho, por amor al Reino.


 


Escudo


 Significado de nuestro escudo:


La cruz representa el amor que la familia benedictina tiene al misterio del amor de Dios, manifestado en la cruz

El círculo más grande alrededor de la cruz simboliza la Iglesia universal

El círculo pequeño representa al monasterio como miniatura de la Iglesia.

Las doce partes representan a los Apóstoles, pues la comunidad monástica quiere vivir como ellos, acogiendo y compartiendo el Evangelio, trabajando unidas, poniendo todo en común, teniendo un solo corazón y una sola alma.

La paloma representa a Santa Escolástica, hermana gemela de San Benito

La llama es el signo de nuestra comunión en la oración.

UIOGD, son las palabras de San Benito en latín:  “Ut in omnibus glorificetur Deus” "Que en todas las cosas sea Dios glorificado".